
El Códice (siglo XII) es custodiado en la Catedral de Santiago de Campostela desde hace 800 anos y fue robado en el 2011 ni por el equipo bien organizado estilo "Ocean's eleven" ni por un misterioso Arsenio Lupin sino por un electricista del templo y por suerte fue recuperado en el 2012.
El Código es un manuscrito valioso por su antigüedad, por su contenido, por la belleza de su decoración con imágenes y miniaturas.
Esta obra está formada por 5 libros que contienen sermones, himnos, la narración de los 22 milagros, los relatos de la transición del Apóstol desde Jerusalén a Galicia, también nos habla de la costumbre de los primeros peregrinos de recoger conchas marinas en las costas gallegas. El cuarto libro narra el descubrimiento de la tumba por Carlomagno: cuenta que Santiago se apareció en sueños a Carlomagno, lo incitó a liberar su tumba de los musulmanes y además le indicó la dirección a seguir: un camino de estrellas.
El último libro constituye una especie de guía para los peregrinos con consejos, descripciones de la ruta y de las obras de arte así como de las costumbres locales.
Aunque
desconocemos el nombre del autor o autores de esta joya, sin embargo la
obra fue atribuida apócrifamente al papa Calixto II. Eso era un recurso
habitual en la Edad Media para dar mayor prestigio y autoridad a una obra. Por
eso nuestro códice es llamado calixtinus.
Apareció ya en el Código Calixtino el Botafumeiro (literalmente
‘esparcidor de humo’, en gallego). El botafumeiro es un gran incensario
de latón bañado en plata, es uno de los símbolos más conocidos y populares de
la Catedral de Santiago de Campostela. Mirad la cerimonia impresionante del Botafumeiro durante la visita de papa Benedicto XVI a la Catedral de Santiago en 2010.
Hola.
ResponderEliminarTengo que ir a ver este manuscrito y`para los que puedan, no dejéis de ir a Santiago y ver el Botafumeiro en movimiento, es algo impresionante, La ultima vez que lo vi fue hace diez años en la misa de peregrinos el día siguiente de la fiesta de Santiago, que es el 25 de julio. Además la catedral estaba abarrotada de peregrinos, turistas y curiosos. Un recuerdo inolvidable.
Un saludo,
Vict